Es curioso, pero quienes defienden la existencia de los bancos centrales argumentan que fueron creados para evitar las crisis financieras, defender el valor de la moneda, evitar depresiones económicas y hacer de contralor del sistema financiero. A juzgar por los hechos, el “vetusto” patrón oro, que tanto despreciaba Lord Keynes, resultó ser un instrumento mucho más efectivo que los bancos centrales que pueden imprimir billetes a su antojo.
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Fuente:Economía para todos
lunes, 13 de octubre de 2008
La desgracia de los bancos centrales - Por Roberto Cachanosky
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