Por Gabriela Pousa
La descompostura que sufrió la Presidente en los últimos días obligaría en cualquier país medianamente serio a repensar la figura del vicepresidente; es decir, el rol del vicepresidente obtendría un protagonismo mayor. De hecho, éste concurriría a los actos previstos en agenda y hasta posiblemente pudiese reemplazarla en alguna gira. En la Argentina, sin embargo, una mera lipotimia de la jefe de Estado pone en jaque la estructura institucional misma.
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Fuente: Economía para todos
lunes, 12 de enero de 2009
Lo grave de la enfermedad
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